En los centros penitenciarios la seguridad es crucial y es necesario mantener sus instalaciones herméticas. Por este motivo, cuando fue necesaria la reforma de la cocina de la prisión de Brians, no era posible externalizar el servicio de comidas mediante empresas de catering, ya que hubiese supuesto un riesgo en la seguridad del centro. Por otro lado, se hubiese tenido que prescindir del personal de cocina habitual.
La solución aportada por Kitchening permitió, precisamente, superar estas dificultades. El alquiler de módulos de cocina equipados facilita mantener el normal funcionamiento de la cocina y a sus empleados en el mismo centro, sin que sea necesario programar la reforma en fases o retrasarla.
En Brians era necesaria la reforma integral de la cocina. Por lo tanto, Kitchening tuvo que instalar un conjunto modular completo que se equiparase a la cocina central. Es decir, se tuvo que replicar la cocina central mediante diversos módulos para garantizar que el funcionamiento del servicio de comidas pudiese seguir funcionando con normalidad y sin alteraciones.
Este proyecto de conjunto modular consistió en lo siguiente:
Mediante seis módulos de 18 metros cuadrados ensamblados entre sí se instaló una cocina de aproximadamente 108 metros cuadrados. Cada uno de los módulos tenía un diseño propio con el fin de adaptarse a su función específica dentro del conjunto. Se instalaron los siguientes módulos:
Uno de los aspectos claves para el diseño de una cocina y su posterior montaje es mantener siempre un circuito unidireccional de trabajo («marcha hacia delante»), a través del cual se reciben las materias primas, se preparan, cocina, emplatan y sirven. Esta característica se exige en todas las cocinas como medida de seguridad e higiene. Por este motivo, el equipo técnico de Kitchening estudió en la fase de diseño del proyecto la disposición de los módulos que mejor definiese este circuito unidireccional. Para ello se tuvieron en cuenta las especificaciones del cliente, las características de los módulos y el emplazamiento final. El resultado fue una cocina completa en la que se accedía por la zona de cuarto frío y se sale por la zona de emplatado.
Cada módulo fue diseñado y equipado con la maquinaria necesaria para cumplir con su función. El objetivo de este diseño fue la optimización del trabajo de los cocineros. Es por esta razón que, a la hora de decidir qué configuración dar al conjunto modular, se suele solicitar al cliente o al jefe de cocina un listado del equipamiento necesario para el tipo de servicio que se da. En el conjunto modular de cocina para Brians se distribuyó el equipamiento de la siguiente manera:
Cabe recalcar que el montaje e instalación de conjuntos modulares de cocina de esta envergadura no es tarea fácil y se requiere de tiempo para planificarlo, así como de personal experto. Es importante tener en cuenta las características técnicas de la zona de instalación y las necesidades específicas de cada cliente. En el caso de Brians, al tratarse de un centro penitenciario, era necesario tener mucho cuidado en no dejar elementos que pudiesen comprometer la seguridad del centro. Por este motivo, el cliente solicitó que se instalaran los módulos de tal modo que la instalación eléctrica estuviese oculta y fuese inaccesible. Esta especificación supuso un reto para el equipo técnico de Kitchening, ya que las tomas eléctricas del centro quedaban siempre demasiado lejos de los módulos, y siendo un proyecto temporal, no era posible solucionar el problema soterrando los cables mediante obra. La solución fue la instalación de un generador eléctrico justo al lado del módulo; de este modo se pudieron satisfacer las necesidades del cliente.
